domingo, 15 de mayo de 2011

Puede que ...

Puede que esto, no sea mas que ejercicio para el Taller de Escritura en el que me he inscrito, y puede también, que hace tres años y pico, publicase un post, el que dijese, que donde estuviese un tren AVE, que se quitasen todos los puentes aéreos.


Y puede que me tocase ir a un cursillo de técnicas de venta a Madrid, y que probase a ir en el AVE, y que ... ¡¡Menuda diferencia!!


Y puede que fuese porque era (y sigue siendo) mejor viajar sin preocupaciones por lo que te ponías o te dejabas de poner (que si cinturones, que si ropa interior con el sujetador sin aros, que si botas o tacones sin hebillas ni adornos metálicos, etc), y lo que llevabas o dejabas de llevar (¡el neceser al completo!)
¡¡Y que se había acabado la moda "Puente Aéreo", para evitar los stripteases en los controles de seguridad!!

Y puede que el viaje de ida se me pasase sin darme cuenta, mientras leía la novela (pastiche) de Los años perdidos de Sherlock Holmes.
Claro, que también puede ser, que durante el viaje, conociese a una farmacéutica, que también se dirigía a Madrid, y al mismo cursillo que yo, y que resultó que ambas, aprovechando la oferta hecha por los organizadores del mismo, hubiésemos reservado habitación en el mismo hotel.


Y puede que luego, el cursillo resultase muy bien, y que incluso nos riésemos con algunos casos prácticos que tuvimos que solucionar, y puede que, por las tardes, al acabar las sesiones, los atardeceres, paseando por Madrid, fuesen maravillosos, pero que, puede que mejor aún, resultasen sobre todo las noches, conversando primero durante las cenas, y luego en los Pubs de calle Huertas, donde puede que la farmaceútica me enseñase a jugar a "12 en un dado", al que puede que jugásemos utlizando su PDA.


Y puede que fuese un juego sencillo (para dos o más jugadoras), y que requiriese un único dado, y que aunque un poco largo de explicar, tuviese un cierto parecido al Bacarrá, pues se trataba de acercarse (sin pasarse) lo más posible a 12, mediante, como máximo, tres tiradas consecutivas del dado, pero pudiendo plantarse cuando se desease, sumando luego los puntos a los que cada jugadora se hubiese quedado de la que más se acercó al 12 (o de la que se hubiese pasado, pues el de la mayor diferencia incrementado en uno), y de esta manera, y tras tres rondas, se completase cada partida, ganándola la que tuviese menos puntos.
(Y puede que este juego se publicase en un suplemento de La Vanguardia del 2008).


Y puede que, pensando yo que era broma, nos riésemos mucho, cuando la última noche, y en la segunda ronda de mojitos en aquel Pub (Elhecho) de la calle Huertas, me propusiese jugar una partida en la modalidad “strip diferido"es decir, que la que perdiese, anotase en una servilleta de papel, la prenda que, posteriormente, se comprometía a quitar, cuando volviésemos al hotel, en la habitación de la ganadora, y que cada cual que lea este post, imagine porqué.

Y puede que tras las rondas de partidas que jugamos, me hubiese dejado “desnudita como vine al mundo", en más de ocho ocasiones, por una en la que le gané yo.

Y que puede que yo, cada vez más nerviosa, pensase que ¡Carallo, cómo jugaba la boticaria!, y que pensase que no importaba, pues aquello era un juego.

Y que puede que paseásemos luego hasta los alredores del Parque del Retiro, hasta Plaza Cibeles, para tomar un taxi, y que puede que, la vuelta en el hotel, la hiciésemos cogidas de la mano, y que al llegar al ascensor del hotel, me recordase que las deudas de juego, se han de pagar, y puede que fuésemos a su habitación, donde tuviese yo que pagar prenda, desnudándome por completo.
Y que puede que, tras besarme, se desnudase también ella, y puede que me entregase, como nunca antes había hecho, al placer de hacer el amor con otra mujer, y que perdiese la cuenta de los besos que, aquella noche, pudimos darnos, en aquel hotel madrileño, y de la cositas que en aquella cama, pudimos hacer.

Y total, que puede que tras esos día y esas noches, que duró el cursillo, el viaje de vuelta, yendo sentadas una junto a la otra, fuese un viaje aún más agradable que el de la ida.

Y puede que, en próximas semanas, y tras recibir un inesperado correo, tenga pensado inscribirme en otro cursillo en Madrid, y puede que vuelva a alojarme en aquel hotel, y puede que vuelva a aquel Pub de calle Huertas, y puede que mientras tomamos mojitos, el resto de personas del pub no sepan, por qué rien, aquellas dos amigas, sentadas en aquella mesa.

Y que puede que, finalmente, uno de los dos post, éste, o aquel de hace tres años, sea el verdadero, y puede que sea por eso, que en el correo de contestación, que puede que le haya escrito a una farmacéutica, a la que puede que conociese hace tres años y pico, en un viaje en el AVE a Madrid, le haya hecho llegar los links de los dos post, por si desea leerlos, y puede que a la espera de que juguemos la revancha.



;-)

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